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Conmemoración de los veteranos daneses
de la Guerra Civil Española de 1936-39
[16 de deciembre de 2006]
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Vicente Romano
Hace 70 años, el 17 de octubre, las Brigadas Internacionales
alumbraron uno de los capítulos más gloriosos de la enciclopedia
de la humanidad. Lo escribieron 59.380 hombres y mujeres venidos a España
desde 53 países.
Estas palabras se escriben aquí para todos los seres humanos
altruistas que combatieron valientemente para mantener España
libre de una dictadura fascista. No están dirigidas a hurgar
o tomar partido en las numerosas diferencias ideológicas y políticas
que desempeñaron un papel complejo en sus genuinos esfuerzos.
“Por primera vez en las luchas de los pueblos se dio el espectáculo,
imponente en su grandeza, de la formación de Brigadas Internacionales
para ayudar a salvar la libertad e independencia amenazadas de un país,
la libertad e independencia de nuestra tierra española…
Podéis marchar orgullosos. Sois historia. Sois leyenda.”
Así habló Dolores Ibárruri (La Pasionaria) a 13.000
de ellos en Barcelona el 1 de noviembre de 1938 cuando iban a abandonar
su campo común de batalla.
Los que sobrevivieron a ese presagio brutal de la Segunda Guerra Mundial
continuaron escribiendo su leyenda, bien en los movimientos de resistencia
clandestina que lanzaron cuando el fascismo ocupó sus países,
bien de nuevo en la década de 1960 cuando ofrecieron su participación
activa y su guía en solidaridad con la ola de una nueva generación
de idealistas y enemigos de la opresión, guerras y racismo.
El 70 aniversario en España
España ha honrado a sus combatientes nacionales e internacionales
por la República en cientos de conmemoraciones, en muchas ciudades,
durante los meses de julio y octubre-noviembre de 2006. Uno de los actos
celebrado en el pueblito valenciano de Benisa fue una ceremonia especial
para un danés particular, Egon Hojlund. Se alistó en la
lucha común por la democracia, fue uno de los pocos voluntarios
daneses que no era comunista ni socialista de izquierdas sino más
bien miembro del círculo anticomunista de los socialdemócratas.
Egon combatió en Madrid y fue herido en la batalla especialmente
sangrienta de Jarama, en enero de 1937. Cinco mil republicanos españoles
e internacionalistas perdieron sus vidas en esta batalla.
Alan Christiansen, el organizador de los Amigos Daneses de la Asociación
de la Brigada Internacional, asistió a la conmemoración
de Benisa, que duró diez días. El tío de Alan fue
un brigadista. Cuando volvió a Dinamarca fue recluido en el campo
de concentración de Horseröd por defender la democracia
en España. Alan está escribiendo una biografía
de los casi 550 voluntarios daneses. 220 murieron en España;
150 perecieron en los campos de batalla; otros 70 murieron de enfermedad
y unos pocos por las torturas de las cárceles fascistas.
La historia de Egon la cuenta Alan en relación con los acontecimientos
de este año en Benisa, así como por un film de la televisión
danesa “”Return to Spain” (Vuelta a España)
que se realizó durante esa conmemoración de 1996. Se proyectó
en Benisa como parte del 70 aniversario.
La historia de Egon Hojlund en Benisa comenzó al ser trasladado
a uno de sus dos hospitales para heridos y enfermos. Cuando se recuperó,
Egon fue nombrado Comisario den Cultura de Benisa para los heridos.
Fue uno de los numerosos supervivientes de esos días y recibió
la ciudadanía honoraria otorgada por el Parlamento español.
El film nos muestra a Egon sentado en su silla de ruedas rodeado por
combatientes españoles de su misma edad portando sus gorras.
Uno de ellos luchó al lado de Egon. El alcalde y los concejales
están allí, y muchos jóvenes.
“Bienvenido a casa! Bienvenido a tu casa!”, coreaban.
Se ve a Egon con su antiguo amor. Brindan con vino, lágrimas
y besos. Era la primera vez que veía a su novia en 30 años.
“Era la mujer más hermosa de Benisa. Pepita todavía
es bonita”.
“Entonces yo tenía 20 años, un idealista. No es
posible describir cómo masacraron (y torturaron) a la gente los
fascistas. No me gustaba esa guerra brutal, pero era necesaria. La volveríamos
a hacer”, dice Egon en su escaso español.
Se lee una declaración: “Vosotros pusisteis las semillas
de nuestra libertad”.
“Compartimos le hermandad”!, replica enérgicamente
Egon a sus compatriotas honorarios. No había un solo ojo seco
entre la multitud.
En este 70 aniversario Alan fue invitado a pronunciar un discurso en
la inauguración de un cementerio para los caídos.
“Fue tan conmovedor para todos nosotros. Me emocioné ante
la presencia de tantos jóvenes. Entusiastas habitantes del pueblo
izaron la bandera tricolor republicana sobre las tumbas mientras cantábamos.”
Alan clausuró la ceremonia con una canción escrita en
1937 por el danés Martin Jensen:
“Salud camarada,
amigo y hermano,
que luchas en las montañas de España
la libertad y el bien en la tierra…
Todo el mundo sigue emocionado
La lucha del ejército rojo.
Camarada, no estás solo,
No, miles siguen tus acciones.
Eres nuestro orgullo y gloria,
Fortaleces nuestra decisión.
Jamás olvidaremos estos sacrificios,
Que habéis hecho por nuestro bien…
Sí, el victorioso huésped del pueblo
Seguirá vuestra senda de sangre.
Y las flores de la libertad
Brotarán del suelo ensangrentado de España.”
Alan cantó esta canción en los dos actos de Dinamarca,
el primero celebrado el 17 de octubre ante un monumento en honor de
los daneses muertos. Irónicamente, el monumento se erigió
en el parque de Churchill, donde también está el Museo
de la Libertad, éste último honra a los daneses que combatieron
el fascismo cuando ocupó Dinamarca.
Irónicamente, porque hay que recordar que Churchill fue uno de
los principales adversarios de cualquier ayuda al gobierno republicano
español democráticamente elegido, y partidario de la llamada
no-intervención. Inglaterra y Francia la impusieron en la Liga
de Naciones en agosto de 19936. Apoyada por los EEUU y los países
escandinavos, esta política prohibía cualquier ayuda a
la República, incluidas las brigadas de voluntarios. Así,
pues, los Estados democráticos burgueses permitieron intervenir
a las fascistas de Alemania, Italia y Portugal al lado del levantamiento
nacionalfascista. En su libro “Step by step 1936-1939” (Paso
a paso 1936-1939), Churchill escribió n 1942 su oposición
a la España democrática, que calificaba de “una
España comunista que extendía sus tentáculos a
Portugal y Francia.”
La Segunda República se estableció tras las elecciones
de 1931, poniendo así fin a la dictadura del general Primo de
Rivera. Cinco años de reformas positivas para los humildes y,
sin embargo, muchos hipócritas condujeron a millones de ciudadanos
a la huelga y propagaron revueltas. Una coalición más
progresista de partidos de centro y de centroizquierda ganó las
elecciones en abril de 1936. La mayoría del ejército se
alineó con los terratenientes aristócratas y la dirección
reaccionaria de la Iglesia católica. El 18 de julio dieron un
golpe de estado. Aunque fracasó en hacerse con el poder, el ejército
del general Franco ocupó mucho territorio en el oeste y sur del
país. En muchos lugares, como en Sevilla, la legión extranjera
y los moros decapitaron a los trabajadores y torturaron a muerte a otros
de manera horrible.
Las razones de los conflictos en la II República y la subsiguiente
guerra eran complejas. Para una explicación más completa
véase el historiador Paul Preston quien la ve “no como
una, sino como muchas guerras”. (1)
El éxito final de los fascistas sólo podía darse
gracias al pacto de no-intervención, que Hitler y Mussolini utilizaron
para sus objetivos de dominio mundial. Cuando se inició el golpe,
Hitler proporcionó la fuerza aérea de la Legión
Cóndor, que transportó 70.000 mercenarios de Marruecos
y la Legión Extranjera al frente de Franco, y Mussolini envió
infantería italiana. 500 pilotos y tanguistas alemanes bombardearon
y machacaron españoles durante 30 meses de guerra, ayudados por
77.775 tropas de tierra italianas.
Milicias Internacionales
En agosto de 1936, la primera milicia de voluntarios extranjeros se
unió a muchas milicias españolas establecidas en el lugar
desde los levantamientos de Asturias de 1932-34, y de Cataluña,
que había alcanzado una semi-autonomía bajo la II República.
Estas milicias estaban constituidas en su mayor parte por sindicalistas
dirigidos por anarco-sindicalistas, socialistas de izquierda y trotskistas.
Recibieron algunas armas del recién formado Gobierno de Frente
Popular, que incluía por primera vez al Partido Comunista y a
ministros anarquistas. El Frente Popular tomó las riendas de
manos de la débil dirección de la II República,
que se había negado a entregar armas a los obreros.
Muchos antifascistas alemanes, italianos, austriacos y polacos huyeron
de sus países cuando el fascismo aplastó la democracia
burguesa. Pocos días después formaron la “Centuria
Thälmann” en Barcelona, donde los primeros cuatro voluntarios
daneses llegaron a la ciudad y se unieron a ella. La historia es muy
particular y su iniciativa indujo a participar a otros muchos daneses.
Alan Christiansen ha contado su historia en las conmemoraciones de Dinamarca.
El 8 de agosto Aal Nielsen cumplió 18 años. El, sus hermanos
Kart, de 21, y Harald, de 24, lo celebraron con su buen amigo Hans Petersen.
Hans, de 26, era maquinista. Harald, carnicero; Aal, repartidor en bicicleta.
Discutían las cuestiones candentes de estos tiempos críticos:
el crack económico de 1929, el ascenso al poder de Hitler en
1933, la guerra civil en España, acompañada del envolvente
fascismo con sus partidarios en casa. Los cuatro vivían en el
barrio obrero al centro-norte de Conpenhague, donde a veces luchaban
con la juventud profascista del Partido Conservador. Todos los cuatro
eran miembros de la sección juvenil (DKU, en las siglas danesas)
del Partido Comunista de Dinamarca (DKP). En el cumpleaños de
Aage decidieron irse en bicicleta a España a fin de incorporarse
a la recién creada milicia extranjera.
Sus bicicletas fueron confiscadas en la frontera francesa porque no
pudieron pagar un impuesto. Llegaron a París en autostop. Allí
esperaron pacientemente a que el Partido Comunista Francés y
la Comintern de Moscú decidieran qué pasos seguir para
ayudar a la República española.
Los cuatro partieron de nuevo andando y haciendo autostop. A comienzos
de septiembre llegaron a Barcelona, donde temporalmente fueron detenidos
por la milicia del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista),
una mezcla de socialistas de izquierda, comunistas disidentes y trotskistas
formado en 1935.
El POUM soltó rápidamente a los hermanos Nielsen y a Petersen,
y se incorporaron a la Centuria Thälmann. Harald había estado
en una compañía de ametralladoras danesa y se unió
a una de las pocas ametralladoras Hotschkiss de la milicia. Los cuatro
partieron con la centuria para la provincia de Navarra en el frente
de Huesca. Durante dos meses de intensos combates, que incluyeron bombardeos
por aviones alemanes, la centuria de 125 hombres perdió a 19
y tuvo 52 heridos. Harald fue herido en la mano y el hermano Kaj tomó
la ametralladora.
Los leales republicanos y sus hermanos internacionalistas fueron capaces
de rechazar a los fascistas. Cuando volvieron a Barcelona, Aage fue
elegido para recibir la bandera del honor de la centuria.
Su próxima gran batalla tuvo lugar en Albacete, en Castilla -
La Mancha. Aquí, el 17 de octubre, se inauguró oficialmente
la primera Brigada Internacional (BI). Todas las milicias, nacionales
y extranjeras, recibieron la orden de combatir bajo un solo mando, el
Ejército Republicano.
Inicialmente, la primera BI se llamó Edgar André, pero
pasó pronto a denominarse XI Brigada. Las unidades españolas
estaban ya estructuradas en diez brigadas, así que las internacionales
empezaron con la XI, a la que se incorporaron la mayoría de daneses
y otros escandinavos, holandeses, alemanes y austriacos.
A la XI Brigada Internacional le siguieron pronto la XII (la ”Garibaldi”
de italianos), la XIII (con gente de 26 países, incluidos algunos
daneses), la XIV (franceses), la XV (los batallones Washington y Lincoln
compuestos por estadounidenses e ingleses), y finalmente la 129ª,
compuesta por muchas nacionalidades.
En el otoño, los cuatro se habían convertido en miles
de internacionalistas y españoles defendiendo Madrid. Hans fue
herido y volvió al hospital en Barcelona. Los tres hermanos sobrevivieron
toda la ofensiva de dos meses, que la República rechazó
con grandes costes humanos. En enero de 1937 los hermanos formaban parte
de la DECA, unidad de artillería antiaérea, que derribaba
aviones cuando podía.
Kaj y Aage volvieron a Dinamarca tras un año de lucha. Tras un
breve descanso en Dinamarca, Haral y Hans volvieron a España
como combatientes, y trabajaron en tareas de propaganda y de partido.
Se quedaron hasta la despedida oficial a las brigadas internacionales
el 1 de noviembre de 1938. Ayudaron a otros en su vuelta a casa o en
el exilio. Harald y Hans fueron los últimos en abandonar Barcelona
antes de que cayera en manos de los fascistas, sin un combate, el 25
de enero de 1939. Un grupo de artilleros daneses se quedó combatiendo
en Valencia hasta los últimos días. Franco celebró
su victoria el 29 de marzo de 1939 con la caída de Madrid.
Combatiendo al lado de los primeros daneses y otros voluntarios de Alemania,
Francia, Polonia e Italia estuvieron 30 británicos. Sam Russell
fue uno de ellos.
Su descripción de la batalla de Madrid la contó Anton
Nielsen, dirigente de la Asociación Horseröd-Stutthof (un
grupo de ayuda a los internados en los campos de concentración
daneses y alemanes), en su reciente charla conmemorativa de Copenhague
el 28 de octubre.
“Las armas rusas apenas empezaban a llegar; gran parte de la munición
no se ajustaba a las armas. De los 30 británicos sólo
quedábamos seis a mediados de diciembre. Unos cuantos fueron
heridos, la mayoría murió. Era una tasa de bajas similar
a todo el batallón francés. “
Sam dijo que él lo tuvo relativamente fácil al ser herido
en la espalda en un combate el mes siguiente. Tras recuperarse en un
hospital inglés, volvió a España y radiaba noticias
de propaganda desde Barcelona. Esta experiencia lo llevó a ser
corresponsal del periódico del Partido Comunista Británico
en Moscú a finales de la década de 1950. En 1996 estuvo
en España con daneses y otros internacionalistas para recibir
la ciudadanía honoraria.
Uno de estos daneses receptor de la ciudadanía honoraria española
fue Villy Fuglsang (“Canción de pájaro”, en
inglés). Villy había oído hablar de los hermanos
Nielsen mientras estudiaba en una escuela del partido comunista en Moscú.
Se animó a unirse a los voluntarios. Una vez en España,
fue en autostop a Valencia donde debía unirse a los otros. El
vehículo que paró iba conducido por Ernest Hemingway,
que volvía a España tras una gira de propaganda por los
EEUU.
Villy, apodado “The Bird” (El Pájaro), le contó
esta anécdota al diario izquierdista danés “Arbejderen”
(El Obrero) poco antes de su fallecimiento en septiembre de 2005.A los
96 años de edad fue el último de los voluntarios daneses
en morir.
“The Bird” fue uno de los pocos internacionalistas que tuvo
antes entrenamiento militar. Había estado en la caballería
danesa y, en Moscú, había tomado un curso rápido
de sargento. Una vez en su puesto, en España, pasó a ser
comisario político. Villy explicó sus deberes al “Arbejderen”
(2).
“Los voluntarios vinieron de muchos países. Aunque un gran
porcentaje eran comunistas, especialmente los daneses, había
también radicales, socialistas, anarquistas y trotskistas. Teníamos
que mezclar a todas estas opiniones diversas en una sola para derrotar
a los fascistas. Por eso teníamos comisarios políticos.
Tenían que explicar que no era útil combatir internamente
mientras estábamos contra la pared.
El ejército alemán era el mejor entrenado y disciplinado
de Europa. No podíamos aplicar disciplina de cuadros como hacen
en el capitalismo. Teníamos que convencer a nuestros voluntarios”
(y parar las disputas internas, Editor).
Tras asegurar Madrid, Villy fue enviado al frente de Aragón para
detener a los fascistas en Zaragoza y Quinto. Su compañía
de escandinavos recibió el nombre de “Martin Andersen-Nexö”,
dirigente comunista y uno de los principales novelistas daneses. Andersen
fue uno de los 200 escritores que asistieron en 1937 al Congreso Internacional
de Escritores de Madrid, en apoyo de la República.
El 23 de agosto de 1937, el capitán de la compañía
de Villy, otro danés, cayó herido entre los ojos y Villy,
como comisario político, debía ocupar su lugar. Aceptó
el mando y se arrastró hacia delante. Un tirador fascista apuntó
a Villy, que también lo apuntó a él. Su enemigo
disparó primero y lo hirió en el hombro. Cuando terminó
la batalla a favor del ejército republicano, Villy fue trasladado
a un hospital. Una vez recuperado sirvió durante cierto tiempo
en Cataluña, desde donde lo enviaron a casa.
Entre otros daneses que se incorporaron a la lucha a pie y en autostop
a España estaban Leo Kari y Gustaf Munich-Petersen. La televisión
danesa mostró un retrato suyo el 17 de noviembre en honor a los
70 años de la formación de las brigadas internacionales.
A la edad de 18 años, Leo era ya miembro del Partido Comunista
de Dinamarca y obrero de una fabrica de porcelana. Gustaf, de 24, no
era comunista, sino más bien un idealista y poeta. Se encontraron
por primera vez en España después de haber atravesado
por separado los Pirineos a pie. Había especulado con que la
lucha no duraría más de unos cuantos meses antes de que
la República saliera victoriosa.
Se conmocionaron ante la brutalidad del ejército nacional-fascista.
Vieron cuerpos de civiles y combatientes republicanos abandonados por
mercenarios marroquíes después de haberlos matado. Se
les habían sacado los ojos de las órbitas, cortado la
nariz y la lengua, y las extremidades. Cuando los fascistas tomaron
la ciudad de Badajoz, en Extremadura, llevaron a todos los supervivientes
que eran miembros de un sindicato o de un partido político del
gobierno republicano a la plaza de toros y los masacraron a todos. El
26 de abril de 1937, los alemanes e italianos bombardearon el pueblo
de Guernica, en el país vasco, que no estaba en guerra ni tenía
ninguna importancia militar ni estratégica. La gente que huía
de la bombardeada plaza del mercado era acribillada por las ametralladoras
de los aviones que volaban a baja altura. El 75% del pueblo quedó
en ruinas y 2.500 de sus habitantes asesinados.
Cuando parecía que los fascistas iban a ganar, voluntarios como
Leo y Gustaf combatían por camaradería y una última
esperanza. Gustaf cayó muerto el 28 de marzo de 1938, durante
la larga y decisiva batalla del Ebro en Aragón. Leo sobrevivió
a la guerra y volvió a Dinamarca, donde al poco tiempo se hallaba
combatiendo a los fascistas y al colaboracionista Gobierno danés
en territorio nacional.
Entre decenas de miles de voluntarios internacionales, unos cuantos
eran seguidores del pensamiento anarquista o trotskista. Algunos se
unieron al POUM, Entre ellos los daneses Tage Lau, que sirvió
brevemente de propagandista en Barcelona, y Aage Kjelsö. Esta es
la historia de Aage (3).
Aage y Tage estaban de viaje en bicicleta por Yugoslavia cuando decidieron
irse a Barcelona. Aage se unió a los anarquistas en agosto de
1936, y fue uno de los primeros daneses en luchar. Recibió un
curso rápido en el uso de fusiles y granadas y combatió
dos meses en el frente de Huesca, en Aragón, en la columna Durruti.
Entre sus compañeros estaban los anarquistas de la FAI (Federación
Anarquista Ibérica).
Tenían muy poco armamento. Las armas soviéticas no se
pasaban a los anarquistas o trotskistas. Más tarde volvió
a Barcelona y se incorporó a una Brigada Internacional. Que sí
recibió armas soviéticas compradas. En Albacete aprendió
a usar una ametralladora, una de las pocas armas recibidas de México,
el único país, además de la Unión Soviética,
que abasteció de armas a la República. México no
puso condiciones sobre quién debería usar sus armas.
Aage luchó después en el sur de Andalucía. Se oponían
a los mortales tiradores moros y de la Legión Extranjera. Sus
camaradas también mataron a un buen número de ellos. Aage
se sorprendió muchísimo al ver a combatientes musulmanes
morir sosteniendo una cruz católica o una imagen de la Virgen
María.
Esta ironía le sirvió para comprender el error del Gobierno
del Frente Popular de no declarar la independencia de Marruecos. Esto
hubiera aliviado los deseos de los moros de combatir con los fascistas
españoles. Y la Legión Extrajera se habría tenido
que quedar en Marruecos para contener la inevitable lucha de los nativos
por su soberanía. Pero ni siquiera los anarquistas plantearon
esta cuestión. Tan sólo el POUM incluyó la independencia
de Marruecos en su política.
Aage fue herido en las piernas en el frente de Madrid a finales de 1936.
Una vez dado de alta en el hospital volvió a Barcelona y se unió
al POUM. Se sentó en el comité central de la sección
trotskista del POUM. Observó complacido que la producción
y los servicios estaban colectivizados en Barcelona, especialmente donde
eran más fuertes la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores)
y los sindicalistas de la FAI. Los trabajadores también fabricaban
armas y munición. Controlaban gran parte de los gobiernos locales
y la compañía telefónica.
Había agudas diferencias en cómo conducir la guerra. Guerra
y revolución eran inseparables para socialistas de izquierda,
anarquistas y trotskistas. Para los comunistas, socialdemócratas
y la Comintern, era cuestión de ganar la guerra y abordar la
revolución después.
En mayo de 1937, la policía de Barcelona intentó tomar
de los trabajadores las operaciones telefónicas y hubo choques
armados. Aage estuvo entre los que montaron barricadas en las calles
durante el conflicto interno.
Debido a la necesidad de armas soviéticas, el Gobierno del Frente
Popular y los anarquistas establecieron un compromiso con el partido
comunista y la Comintern (4). Cuando el gobierno del dirigente de izquierda
socialista, Largo Caballero, a la sazón en el Gobierno de Frente
Popular, fue sustituido por el socialdemócrata más conservador
Juan Negrín, los ministros anarquistas abandonaron el Gobierno
y dejaron la colectivización y el control obrero. Moscú
y el PCE creían que esas políticas menoscabarían
la colaboración con la clase media y los pequeños capitalistas,
debilitando así la lucha contra el fascismo. También esperaban
convencer a los gobiernos occidentales que no pensaban crear una España
soviética.
El POUM siguió inflexible en que estos compromisos eran errores.
El POUM fue disuelto legalmente y muchos de sus líderes y miembros
fueron arrestados. Algunos fueron fusilados. Aage fue arrestado dos
veces, interrogado y golpeado. Un guardia lo ayudó a escapar
de la cárcel y anarquistas de la CNT lo ayudaron a salir de España.
Fue a Marsella en un barco escandinavo, donde lo arrestaron y deportaron
a Dinamarca.
El 28 de octubre danés
En los juicios de Nuremberg, el jefe de la fuerza aérea nazi,
Hermann Göring, afirmó que fue necesario bombardear y ametrallar
Guernica a fin de probar sus armas y ver el efecto que tenían.
“No podíamos obtener esa experiencia de otra manera.”
“¿Qué es lo que hace que los seres humanos hagan
estas cosas?”, se preguntaba Anton Nielsen en su charla del salón
sindical de los obreros de la construcción el 28 de octubre.
“Involuntariamente, mis pensamientos saltaron a la guerra de Vietnam,
al terror de los EEUU contra este pobre y orgulloso país, no
se iban a dejar acobardar por una superpotencia brutal.”
Anton se refería a lo que el teniente William Calley dijo en
su defensa por aquella masacre genocida. Callay fue el único
criminal juzgado por la masacre de My Lai. Parafraseándolo:
“No me preocupa haber matado a esa gente de My Lai… No estábamos
en My Lai para matar gente- Estábamos allí para matar
una ideología… para eliminar el comunismo… Veía
el comunismo igual que un sureño contempla a un negro: es dañino
y malo.”
Y sigue Anton:
“Desde España a Auschwitz, Majdanek, Neuengamme y Stutthof
hasta Nuremberg, y luego hasta Corea, Vietnam, Iraq y Afganistán,
siempre igual… la vociferante estupidez y el desprecio humano…
el odio y la ideología de la opresión, el Tercer Reich
igual que la ideología del denominado Nuevo Orden Mundial.”
Gustaf Munich-Petersen pensó también en esa loca inhumanidad.
Los últimos de sus “Selected Poems”están escritos
en inglés (5). He aquí los versos finales de su poema
“My evening has come” (Ha llegado mi noche), tomados de
“Black God’s Stone”:
“Nunca podría ser conquistado-
Siempre fui vencedor-
Aquí estoy sentado-
Cruzado de piernas, contemplando
Con ojos lejanos mi propio fuego-
Fuera de la tienda
Pasa susurrando el odio-
Esta noche me matarán-
A mí, el victorioso-
A mí, que no podía ser conquistado-
Me embarga impenetrable quietud
Todo
Como la primera madre-
Aquí estoy sentado-
Con mi tienda alrededor-
Ha llegado mi noche."
Notas:
1. “ Revolution and War in Spain 1931-1939”, editado por
Paul Preston, Methue, London And New York 1984. Muchas de las estadísticas
de este artículo proceden de esa colección de ensayos
bien investigados. Para más información véase también
el artículo “The nSaapnish Civil War, 70 Years On: Theb
Deafening Silence on Francos’s Genocida”, por Vicente Navarro,
counterpunch, 19 de julio de 2006.
2. “Vi tog derned for at bekaempe fascismo” (Nos fuimos
allí a combatir el fascismo), reimpreso el 28 octubre 2006.
3. “Socialist Standspunkt”, 17 octubre 2006, tomado de un
relato oral de Kjelsö, junio de 1976.
4. Op. Cit. nr. 1, en el capítulo 12, “The financing of
the Spanish Civil War”, el catedrático español de
economía Angel Viñas muestra el desequilibrio de la financiación
y armamento de ambos lados. La Unión Soviética vendió
armas al 3% de interés y recibió oro puro hasta que se
agotaron las reservas. Luego la República utilizó sus
reservas de plata y las joyas donadas por los ciudadanos. Se estima
que la República pagó a los soviéticos casi mil
millones de dólares en minerales, y antes del fin de la guerra
no llegaban ya más armas. En contraste, el ejército de
Franco estaba financiado con créditos de los fascistas alemanes
e italianos y algunos monopolios capitalistas, como Texaco, que enviaba
petróleo al territorio ocupado por Franco. En conjunto, Franco
había adquirido la misma cantidad, en valor, de armas, munición,
petróleo y otras provisiones, que la República, pero no
tuvo que pagarlas hasta que ganó. Una vez en el poder, Franco
reembolsó su deuda en un periodo de diez años utilizando
cobre, alimentos y dinero. El cobre contribuyó al avance de la
industria alemana de armamentos.
5. “Selected Poems”, de Gustaf Munich-Petersen, publicados
por Gyldendal, Copenhague 1962.
Fuente: http://www.axisoflogic.com/artman/publish/article_23496.shtml
Véase en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=1752&lg=es
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